"¿Donde estará usted mañana, señor Samsa?" (Libre x3)

por **Kafuka-chan** Mar Ago 07, 2012 11:35 am

El viento del parque mecía con suavidad los cortos cabellos negros de la joven, mientras esta en silencio miraba hacia el cielo que parecía entonces despejado y cálido. ¿Estaban en primavera? El ambiente se sentía como si así fuera, pero no podía saberlo con seguridad, aun cuando su adorado profesor desesperado estuviese allí no sabia si eso era o no el lugar donde estaban normalmente… no le preocupaba de igual forma, si era o no otra tierra se sentía bien así que no había de qué preocuparse realmente.
Por el momento había pocas personas allí, que se movían, caminaban y jugaban alegremente, hablado con suavidad, oyendo música, leyendo, jugando… le gustaban esos lugares, siempre le hacían sonreír muy ampliamente. Incluso cuando desde muy pequeña sentía ganas de llorar ver la gente jugando le aliviaba al instante, las personas de su vecindario siempre eran muy amables con ella, recordaba algunas pequeñas cosas, aunque ni sus caras ni sus palabras.
Algo provocó un ligero cosquilleo en uno de los brazos de la muchacha, todavía cubiertos por el uniforme escolar de invierno, de mangas largas blancas, haciendo que la niña de brillante sonrisa abriera sus grandes ojos marrones, encontrándose con un escarabajo que parecía querer treparle sin éxito.

- ¿Oh?. -Susurró la voz infantil para luego tomar al pobre insecto entre sus manos, mirándole cálidamente, con los ojos brillantes.- Hola, señor Samsa, ¿Cómo se encuentra hoy?.

El señor Samsa era su amigo, iba a todas partes con ella, aparentemente había aprendido la ventaja de cambiar de lugar muchas veces –~~así como ella~~-; era divertido adivinar donde estaría cada día, aunque pobre señor Samsa, parecía triste de su situación, por eso ella lo saludaba educadamente. El escarabajo quiso bajar de las manos de la joven, para entonces caer y quedar boca arriba sobre el suelo. La pequeña le dio un ligero empujoncito y ya sobre sus patitas el bicho comenzó a andar.

- ¿Ya se va? Que pena… ¡visíteme pronto, señor!. -Exclamaba con todo su entusiasmo la pequeña, sonriendo ampliamente, An Kafura era una niña muy muy alegre.