encuentro de hermanos

por Yami Dom Oct 23, 2011 12:28 am

Me encontraba sentado en una de las sillas, apoyando mis codos sobre la mesa, había quedado en reunirme con mi hermana en un restaurante no muy lejos de la casa del abuelo para según ella platicar mejor sin que nuestro abuelo escuche, sabía que ella estaba preocupada por mí, pero algo dentro de mi ser me decía que me mantenga al margen, no quería lastimar a mas miembros de mi familia, tampoco involucrarlos con mis problemas mentales, suficiente con molestar a mi abuelo y que el muy amablemente me dé posada a pesar de saber que su nieto a estado o mejor dicho está en un hospital psiquiátrico del cual ha escapado.

-¿Dónde estás?... – soltando la pregunta al aire, esperando que su hermana no se aparezca por ningún lago, o que haya olvidado que tenías que juntarse en el restaurante, un ligero suspiro sale de sus labios cuando un mozo se acercó a pedir su orden – estoy esperando a alguien – le respondió al mesero mientras le dedicaba una ligera sonrisa, sin saber porque el sentía las miradas de todos los presentes en el restaurante como si tuviera marcada en la frente el lugar donde había escapado, podía escuchar los susurrar , haciendo que lleve sus manos a sus oídos para dejar de escuchar “tranquilízate, tranquilízate, nadie de este lugar sabe de ti, nadie…” se dice mentalmente para convencerse de que solo era parte de su imaginación o un momento de paranoia lo que está pasando en esos momentos.

-Hermana si vas a venir ven ya… - susurra en vos baja casi de manera inaudible, aún teniendo las manos sobre sus oídos, con la miraba baja y perdida, mientras trataba con todas las fuerzas tranquilizarse, sabía que un lugar así no era conveniente para él, pero quería darle aquel gusto a su hermana, pero aquel gusto era una tortura para él, no le gusta los lugares los cuales albergue a numerosas personas – ven… - dice por última vez esperando que su hermana aparezca de una vez por todas o simplemente saldrá corriendo de aquel lugar como si el diablo lo estuviera persiguiendo.

por **Nina Vulture** Lun Oct 24, 2011 8:35 pm

-¡Tarde!- Exclame corriendo a todo lo que daba con la bolsa a un costado moviéndose de un lado a otro gracias a mi apresurada carrera -Moo!~ Ryu va a matarme- Exclame de nuevo en el mismo tono haciendo que unas cuantas miradas se dirigieran hacia mi en busca de la dueña de aquel sonoro grito pero eso me importaba muy poco y mucho menos me iba a importar en la situación en la que me encontraba en ese momento, seguro mi querido hermano ya estaba cansado de esperar y quien no si me había citado por lo menos una media hora antes y yo por haberme quedado despierta hasta altas horas de la noche no me había levantado a tiempo y el había salido antes tal vez a pasear o comprar alguna cosa por lo que no nos habíamos ido juntos aunque eso hubiera sido mucho mejor pues así me habría evitado todo este lio pero no era así y ahora me encontraba corriendo para llegar al restaurante en el que habíamos quedado días antes para poder charlar con mas calma sin el abuelo.

Después de un buen rato de estar corriendo esquivando cosas y personas en el camino por fin llegue al lugar pero no me detuve al llegar a la puerta pues por la velocidad a la que iba era algo difícil parar de la nada, abrí la puerta con fuerza y entre haciendo lo posible por detenerme pero solo logre causar un gran revuelo al toparme con un mesero justo en la entrada, logre esquivarle evitando así que tirara algo pero no contaba con que iba a tropezar, como de costumbre, con una de las sillas haciendo que esta cayera al suelo causando un gran estruendo. –Moo! Torpe torpe torpe…- Susurre mientras me agachaba a recoger la silla para después disculparme con todos los presentes, una vez que lo hice voltee hacia todas artes en busca de mi hermano al cual encontré sentado en una de las mesas, camine hacia el algo apenada por el accidente pero sin prestarle mucha atención a las miradas de la gente y me senté frente a el mirándolo fijamente con una sonrisa. –Etto…Yo…siento llegar tarde Ryu…- Sabia que el prefería que le llamaran como al personaje que tenia en The World pero yo me había acostumbrado, por supuesto, a llamarle por su nombre. -Tuve que venir corriendo...Tu sabes lo despistada que soy y he perdido el autobus que traia hasta aqui... Solté una risita nerviosa mientras le miraba aun apenada por haber llegado tarde y mi entrada "Triunfal" al restaurante.

por Yami Miér Oct 26, 2011 7:58 pm

Estaba a punto de irse de aquel lugar no soportando más el tumulto de gente parlanchina la cual estaba a punto de acabar con el poco rastro de cordura que se manejaba en ese precisos momentos, no soportando se parón de una manera muy brusca golpeando la mesa con las palmas de la mano, lo cual llamo la atención de algunos clientes que se encontraban en el restaurante, pero luego todas las miradas que se encontraban en él se posaron en dirección a la puerta, ya que esta se abrío de manera brusca se trataba de su hermana quien había entrado corriendo y por toda esa velocidad se le era difícil de frenar logrando esquivar a duras penas de manera matrix a un mozo, pero tropezándose ruidosamente con una silla, la cual hizo un estruendoso ruido al caer.

– her…mana…- dijo con una gran gota de sorpresa en su frente al verla en ese estado, en si no sabía si reírse o ir a ayudarla, por lo que solo se volvió a sentar y evitar a todas costas reírse por lo ocurrido – torpe – susurro de manera inaudible, mientras veía como su hermana levantaba la silla y se disculpaba con todos los presentes, cerrando los ojos por un momento para volverlos a abrir notando que ella ya se encontraba enfrente mío – tarde como siempre – respondiendo de manera seria – cuantas veces te he dicho que no me llamas así, Ryu murió hace mucho…Dai – dice mientras desviaba la mirada, no le gustaba que le llamaran así, Ryu había muerto desde que lo mandaron a ese hospital, cada amanecer, cada anochecer era un suplicio, encerrado tras cuatro paredes blancas sin ver la luz del sol, sin sentir el viento en la cara y los psiquiatras experimentando con el como si fuera una rata blanca.

-sé que eres despistada pero nunca imagine que tanto… - respondió de manera de broma, volviendo a fijar su mirada en su hermana, a pesar de no haberla visto por 3 años aproximadamente no había cambiado mucho, seguía siendo la misma chica despistada, con la cual compartía todo antes de ese accidente, le gustaría que las cosas fueran como antes pero sabía que aunque lo deseara con todas sus fuerzas, aquello no volvería a pasar, aún estaba siendo buscado por haber escapada de un hospital psiquiátrico, en si corría mucho riesgo incluso estar en ese restaurando, ya que alguien lo podía reconocer – perdiste el autobús – dice con falsa incredulidad – demorabas 3 minutos más y yo me iba de aquí…siéntate que haces parada ya no vas a crecer – dice a la vez que la mira fijamente con los ojos entrecerrados y con una sonrisa algo malvada, aquella sonrisita era algo que se le había quedado gracias a ese hospital, cuando venían los psiquiatras a su celda y el los recibía con aquella sonrisa que hacía perturbar a sus médicos – de que querías hablar conmigo… hermana – dice a la vez que cruza sus brazos sobre la mesa, sin dejar de mirarla.

por **Nina Vulture** Lun Oct 31, 2011 6:36 pm

Tal y como esperaba mi hermano se molesto un poco por haberle dicho aquel nombre que tan poco le gustaba aunque yo no podía cambiar de la noche a la mañana y dejar de llamarle como lo había hecho toda la vida, ya era bastante difícil aceptar lo mucho que había cambiado desde la ultima vez que nos habíamos visto como para cambiar la manera en como lo llamaba además de que por mas que le gustara su apodo Ryu era como se llamaba y debía aceptarlo quisiera o no. –Moh~ - Suspire pensando en lo que acababa de decir lo cual solo había incrementado el odio que sentía hacia esos estúpidos psiquiatras que tanto detestaba por haberse llevado a mi querido hermanito años antes ya que obviamente se refería a que Ryu había muerto el día en que se lo habían llegado o por lo menos eso creía yo.

-Moh~- volvi a musitar al escuchar su comentario sobre lo despistada que era algo que sabia mejor que nadie y que me molestaba ya que solian pasarme muchas cosas como las que me habían pasado hoy gracias a eso y no era nada agradable. –Ya dije que lo sentía…-Dije cabizbaja en un tono apenas audible al escuchar otro comentario sobre lo que había pasado, mi hermano volvió a hablar y al escuchar lo que decía solté un suspiro de alivio por haber llegado antes de que decidiera irse.

Me quede callada unos instantes atenta a sus acciones y palabras y después volví a hablar para responder su pregunta.
-Pues…Solo quería estar un rato contigo y pasar un buen rato Ry…Yami- Y era verdad, hace ya bastante tiempo que no disfrutaba una tarde con el y solo deseaba que el dejara de preocuparse por aquellos psiquiatras por lo menos un día, quería hacerlo feliz verle sonreír así que haría hasta lo imposible por hacer que ese día la pasara de lo mejor aunque seria algo difícil si el llegara a negarse aunque esperaba que no fuera así, después de haber terminado de decir eso un chico se acerco a nosotros para pedir nuestra orden aunque un leve sonrojo invadió mis mejillas al notar que era el mismo al que momentos antes casi había tirado en la entrada por haber sido tan despistada, yo no me había molestado en mirar la carta pero sabia perfectamente que era lo que se me antojaba pedir pues había ido unas cuantas veces a ese restaurante, mire al chico aun con el sonrojo en las mejillas y abrí la boca para decirle lo que deseaba ordenar.
–Me gustaría pedir un Filete a la parilla y una soda de limón- Dije en un tono amable con una sonrisa en los labios para después mirar a mi hermano esperando a que pidiera algo.

por Yami Dom Nov 27, 2011 5:23 pm

Cada que lo llamaban por ese nombre, le venía un sentimiento de tristeza que le invadía por todo su ser, sentía que le habían rebatado gran parte de su vida, encerrado entre cuatro paredes blancas y unos guardias tras de la puerta como si él se tratase de un criminal osado capaz de matar a cualquiera que se cruce en su camino de la forma más inhumana y cruel que pueda existir, aquel simple recuerdo causo que esbozase una ligera sonrisa – descuida pequeña saltamontes, pero es si justo a tiempo ya no soportaba el cuchicheo de toda esta gente – soltando un ligero suspiro de aburrimiento mientras que su vista pasaba por todo el restaurante, mirando a cada individuo con una seriedad absoluta – simples contenedores de carne fáciles de desgarrar – dijo sin mucho ánimo.

-Moh… - susurro al escuchar a su hermana, volviendo a sonreír, al parecer esa palabrita se la había quedado desde que eran unos pequeños niños, siempre repetía aquello, cada que hacia puchero, se molestaba o me requintaba – has cambiado mucho… - susurro de manera inaudible, mientras que su vista se posó en ella, examinándola completamente, llegando a la conclusión que esos tres años no habían pasado por gusto, y que ahora su hermana se había convertido en toda una señorita.

Un gran silencio nos invadió, al parecer ella se encontraba analizando mis acciones y también procesando lo que me quería responder en aquel momento, me sentía algo cumplible por ello, nuestras platicas ya no eran tan fluidas como tiempos anteriores, ahora por mi parte a duras penas platico con ella ya que normalmente soy yo el que me encierro en mi recamara.

Al escucharla hablar, no pudo evitar entrecerrar los ojos y esbozar una sonrisa, no sabía cuántas veces había sonreía pero aquella como las demás sonrisas que daba eran falsas hace mucho tiempo no sonría, hace mucho tiempo no mostraba una verdadera risa de felicidad, ella estaba intentando recuperar aquel tiempo perdido, cosa que me pareció sumamente interesante, pero cuando el daño está hecho, muy pocas veces tiene cura, cuando un corazón está roto, es muy difícil volverlo a armar pero pronto mi hermanita tiene que aprender aquello, no fue hasta que un mozo se nos acercó, y apara una gran sorpresa fue el que casi es arrollado por mi hermana cuando ingreso de esa manera como si el mismo demonio la estuviera persiguiendo, vi como las mejillas de mi hermana se tiñeron de un color carmesí, al parecer la vergüenza le invadía en ese preciso momento, mire al mozo el cual me estaba con su libreta en mano para pedir mi orden – yo quiero filete a la plancha con ensalada y de bebida también la soda de limón – mirando fijamente al mozo y dándole un guiño haciendo que el mozo se sorprendiera y se retirara rápidamente por nuestras órdenes.

-Así que quieres pasar un buen rato conmigo no es así hermana – colocándome de pie y recostándome ligeramente en la mesa haciendo que mi mano derecha se pose en su mejilla mientras que mi pulgar se dedicaba a delinear sutilmente los labios de ella, acercando mi rostro peligrosamente al de ella haciendo que solo unos 2 centímetros nos separen – eso puedo interpretarlo de varias maneras – muriéndose los labios, pero que es lo que estaba haciendo ”mierda” susurro mentalmente al recriminarse por lo que acababa de hacer ya no estaba lidiando con esos hombres de blanco, soltando rápidamente la mejilla de ella y volviéndose a sentar – lo siento creo que empecé a delirar – dijo mientras esperaba alguna reacción por parte de ella.

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