Cita Improvisada

El actuar de la chica le había descolocado.
Sus miradas nuevamente se cruzaron, ella le sonrió, él atinó a devolverle la sonrisa lo más natural que pudo.

Pensó en aquella vez que había dicho "me gustan las chicas con caracter", ahora mismo estaba bajo una contradicción, su sonrisa se ensanchó.

-Por lo visto, se te da la biloparidad, querida Joan.- Susurró para si mismo el chico, sin poder borrar la sonrisa que antes se había posado en su rostro, algo burlesca, casi ni se notaba.

En el aire sintió como la tención iba creciendo, la gente de la calle, la de la farmacia, incluso la anciana que había atropellado accidentalmente a la chica bipolaridad ahora estaba estática, aquello le gustó de sobremanera.

-Conseguiste lo que necesitabas, al parecer.-Comentó al momento de llegar a su lado, dedicándole una amistosa sonrisa.

-Quieres hacer algo más?.- Preguntó observando como todos volvían como si nada a sus labores. Aquella habñia sido una situación extraña, que a cualquiera como aquella gente le hubiese asustado, pero por el contrario, él sólo podía reír.

Claro estaba, nesesitaba agua, es más, tener ya mis medicamentos cerca, pero no poder tomarlos me desesperaba más.

-Si demuestras ser util y traer algo para beber esto...- Dije mientras mi autoridad mezclada con mi enfermedad salian de mi boca con una voz cortante. Me importaba un pepino lo que la gente opinara de mi en estos momentos. Si querian su salvación mental, debia beber esto... De la nada me dio una bajada de la autoridad, mostrando a flor de piel la que era hace un rato atras.

-Disculpa... Yo...- Dije tapandome el rostro desesperada. No lo entiendo... No me entiendo... No entiendo nada.

-Aun no entiendo el porque aun estas aca...- Dije algo bajo, pero audible.

-Menos entiendo la estupides que te hace reir...- Le dije mientras me sacaba las manos del rostro.

-Je dis à l'ange aux ailes noires- Le dije algo seria.

Spoiler:

No lo pude soportar más, no me importaba si era bipolar o lo que sea.

-Oye…-Me acerqué a ella y la abracé.-Conseguiremos tu agua, tomarás tus medicamentos y luego te invito donde quieras, ¿te parece?- Aquella expresión en el rostro de la chica había despertado algo extraño en su parecer, pronto podría saber que era.

-No me estoy riendo, y estoy acá porque me caes extremadamente bien, eres agradable y me gustas así, no creas que por un detalle como tu bipolaridad, si me permites decirlo, te dejaré sola en medio del centro, ni menos a esta hora.- Algo en mi había cambiado de súbito, sólo esperaba no estarla asustando, sólo quería ayudarla, ser su amigo.

La abracé por unos momentos más para luego dejarla ir, sentarla en una de las bancas que se situaban en la plaza de al lado e ir a buscar agua.

-Dame unos minutos, volveré con tu agua, ¿vale?-

Me sonroje, totalmente, lo vi, vi todo, sus reacciones, sus ojos, joder, nose que hacer...

-Disculpa por hacerte molestia...- Dije muy nerviosa.

- A todo esto... Acaso no entendiste?- Le dije con un tono incredulo, al haberle dicho en frances mi problema. Creo que debi haberlo hecho en ingles o en español, pero bueno, la gente es asi.

-Explicame, me he perdido...- Dije luego de un leve suspiro

La verdad es que el chico si sabía francés, aunque nunca consideró tomarle algo de importancia a su sobrenombre, no sabía que tan importante podría ser para ella.
-Qué pasa con ese sobrenombre?.-Preguntó como para iniciar y darle paso para que le contara, aunque recordó lo del agua, y haciéndole una sea le dijo que le esperase un momento.

Fue por el agua a una tienda que se encontraba cerca de ahí, compró y trató de salir a reunirse con ella lo más pronto posible. Qué sería lo que ella escondía? Le causaba una gran e irrefrenable curiosidad, era más que humana, era, -como se había referido en su sobrenombre.- casi un ángel, se quedó pensando por unos momentos sobre aquello.

Cuando regresó a su lado la miró con una sonrisa amistosa, ladeando su rostro para besar su mano y entregarle el agua en la misma.

-Aquí tienes...- Dije mientras lle ofrecía mi brazo para caminar lejos de allí, así por lo menos podríamos conversar sin todo aquel bullicio.

Joder, y pensar que mis problemas iban empeorando... Tome las pastillas y el agua y bebí calmadamente (dentro de lo posible) para luego poder explicarle de forma clara mi sobrenombre.

-Popularmente los angeles son seres inocentes, bellizimos, completamente puros y solemnes...- Dije para interrumpirme por nerviosismo. Tome mi vestido con algo de fuerza. Las palabras se me atoraron. No queria continuar... No, no voy a continuar.

-No puedo...- Dije tomando mi mano en la garganta. Podia haber pasado dos cosas, o la pastilla se me atoró, o estoy sintendo algo estupido y tan compulsivo... Quien sabe...

Se quedó atónito ante aquello, parecía que aquella pastilla se había atorado en su garganta, o eso se alcanzaba a determinar al verla.
-Toma un poco más de agua, Joan.- Propuso, llevándola a una banca en la plaza, sentándola para luego observarle con atención, no muy fijamente, eso si, para no incomodarla.
Le parecía extraño encontrar tantos problemas en una chica tan dulce y linda como ella, normalmente ni se interesaba por la gente, pero ella...tenía un no sé qué.
-Estás mejor?.- Preguntó luego de sentarla.-Si quieres luego me cuentas, ahora estate tranquila.- Dijo con una inesperada preocupación,

-Me dicen así solo porque soy linda según las ratas, pero además de linda, puedo ser manipuladora, rompe almas y muy cambiante, todo lo contrario a un angel... Soy solo el rostro de angel, pero por dentro soy un desastre...- Dije a secas, al poder tragarme la pastilla.

-Nunca dejes las cosas a medias...- Le dije algo molesta y cansada. La pastilla me habia ahogado lo suficiente. Me apoye en el hombro de Lelouch, para luego suspirar.

-Culpo a mis padres, ellos...- Dije para que luego una lagrima me atorara mis palabras. Un leve gemido afloro de mi boca. Mis ojos se cristalizaban lentamente.

-Disculpa...- Dije algo avergonzada.

Su frialdad calló a los pies de aquella chica bipolar, no pudo soportarlo y la abrazó con fuerza contra él, sin lastimarla, siendo lo más delicado y suave posible. Qué rayos le estaba pasando?
-Tranquila, no pasa nada...-Trantando de tranquilizarla mientras la abrazaba por segunda vez en el día, la gente los miraba, cuchicheaba, pero aquello no le interesó y siguió en la misma posición, apoyando a su nueva amiga.
-No me importa como te digan, o si eres bipolar como te has mostrado hace un rato o si odias, porque en parte, todos los seres humanos lo hacemos de alguna manera...tranquila.-Dijo sonriendole amistosa y tiernamente.
La soltó un poco para sostenerla por los hombros, mirándola de frente, mientras se acercaba y le daba un pequeño beso en el dorso de su mano.

Si, me queria morir, mas seria estupido, si tengo al fin a alguien que se acerca a un amigo, no sabia que hacer para entonses.

-Lelouch... Gracias...- Dije muy feliz, para luego apegarme a el.

-De verdad no se que haria si no te hubieses aparecido alli-Dije muy apegada a el. Sentia sus latidos... Era muy curioso.Luego le di un beso en la mejilla, y luego sonreí.

-De verdad, muchas gracias...- Dije para luego abrazarlo una vez más. No quería dejarlo, no quería volver a estar sola...

-Como se llama tu cuenta de The World? es par agregarte como amigo...- Dije algo curiosa.

Su rostro se había encendido un poco al tenerla tan cerca, queriendo sobre cualquier cosa volver a tener el control de siempre, mas no se pudo y ya, no le quedaba más que sucumbir ante aquella pequeña, delicada y bipolar mujersita.

-Mi cuenta?, oh, bueno, se llama Rukya.- Respondió mientras jugaba con un mechón de cabello de ella, sorprendiéndose de lo sedoso y suave que era.

-La tuya?.- Preguntó casi por inercia, ya que no era tan necesario saberlo después de todo, pero algo tenía que decirle, no le gustaba dejar vacíos por nada.

Se sentía extrañamente placentero, aquello de tenerla tan cerca, de jugar con su cabello, de sentir también que ella no quería soltarle...pensar en ello le volvió a pasar una mala jugada, dejando que su rostro se prendiese de un rojizo suave pero notorio, lo que lo hizo ocultar su rostro entre el cuello y el hombro de Joan por reacción.

Estaba por responder hasta que su reacción causo un poco de nervios. Su rostro ocultandose de mi e ironicamente en mi. Lo observe, pero en vez de reirme, sonreí.

-¿Que pasa?- Le pregunté viendo su reacción.

-Si se que igual es un poco horrendo que una mayor de 20 años este con un joven como tu como si nada por acá, pero...- Dije para luego darme cuenta.

-No se a que viene... Pero mi Cuenta se llama Arthas- Dije. Me sostuve levemente el labio superior con mi indice. Luego Observé mi entorno. Un lugar calmado.

-Sonará raro... ¿Pero que edad tienes?- Le pregunté curiosa y con una sonrisa pequeña.

Su sonrojo amenazaba con quedarse allí por unos momentos más, por lo que levantó la cabeza, mas no la miró. Le extrañó bastante la pregunta que le acababa de hacer la chica, ya que en estos días la edad de las personas no interesaba mucho, o eso creía él.

-Tengo 18 años.-Respondió ahora si dando la cara, separándose de ella delicadamente, quedando frente a frente a una corta distancia.

-Arthas...es un héroe, no? World of Warcraft.- Preguntó más seguro que preguntando, sonriéndole de vuelta a aquella peculiar chica, que ahora mismo parecía estar dándole algo más de confianza, de a poco, pero confianza es confianza al fin y al cabo.

-Je suis une profanation- Le dije, para luego reirme por la edad que el me menciono. Luego, escuche su pregunta acerca de mi cuenta en The World y luego lo recordé.

-Algo así... El Jefe maestro de ese juego que mencionaste...- Le dije.

-Pero, allí es un novato, ya que, a pesar de ser algo fuerte con los poderes, estos duran poquitos...- Dije algo alegre.

-Que lindo ambiente...-Dije por inercia.

-Oh, bueno, mi cuenta está hace algún tiempo, aunque no entiendo muy bien algunas cosas puntuales del juego, trataré de buscarte también para agregarte como amiga.- Comentó observando su alrededor, no había plaza más calmada que esa, dejando de lado a los pocos vendedores ambulantes que quedaban en el lugar, aquello estaba casi desierto, ya que la gente a esa hora se iban a sus casas luego de un largo día de trabajo duro.

-No te rías de mi edad, aun así tú pareces ser la joven.- Dijo él con una amplía sonrisa, mirándola desde arriba.

-Tengo 27 años...- Le dije con un tono totalemente serio.

-Curiosamente no demuestro tanto, por que de alguna forma, las francesas estamos destinadas a ser hermosas...- Dije sarcasticamente.

-Hablando en serio, no tengo ni idea...- Dije algo sonrojada. Habia recordado que ya estoy para dar a una anciana. Me sonrojé bastante.

-No puede ser que una mujer como yo actue como una niña...- Dije recordando que aun vivo con mis padres. Me sentí desolada.

-Disculpa, pero no me quiero ir... No quiero volver a casa...- Dije algo triste.

Soltó una pequeña risa al escuchar lo de las francesas, aunque observándola desde allí no era para nada una mentira, aunque su carácter era lo que realmente le atrajo a ella luego.
-Bueno, tranquila, yo te creo lo de la edad.- Respondió divertido, observando y escuchando atentamente a lo que ella estaba diciendo.

La verdad es que él no había pensado en que ya era tiempo de irse, y no lo hubiese pensado si la chica no lo menciona.

-Mira, yo no tengo nada que me impida estar un rato más contigo sempai, de hecho, sería un gran placer para mi.- Dijo ladeando una sonrisa para luego besar su mano caballerosamente, de verdad no podía evitar aquello, algo raro le estaba pasando.

La caballerosidad del joven la volvio a tomar por sorpresa, a tal punto, de actuar por inercia de forma burgesa, y se cubrió la boca con la mano libre, mientras sonreia, y mantenia su sonrojado rostro. Luego lo observé con unos ojos llenos de sorpresa y un ingrediente que no conosia... Eso que la gente le dice... Amor? Pasión?

-A cada segundo me sorprendes más y más...- Le dije para luego apartar mi rostro por lo desvergonzada. Luego cerré los ojos y luego suspiré.

-Jovenes como tú, no se buscan... Se encuentran...- Dije algo alegre.

-Me siento demasiado afortunada al encontrar un pedazo de oro en el barro o en la basura...- Dije mirandolo algo seria, y luego le acaricie la mejilla.

-En serio que lo vales Lelouch...- Le dije para luego dedicarle, lo que podria mencionarse o quizas afirmar, mi mejor rostro, la cual uso cuando me encariño con algo. Lo hice con mis instrumentos, con mis juguetes de felpa, con mi casa, y ahora con el...

-Te considero la primera persona que me conose bien o que le agrado...- Le dije feliz. No evite abrazarlo muy, pero muy fuerte.

Aquello era demasiado para él, no podía soportarlo más, algo le decía que aquello terminaría mal, o de alguna manera extraña, pero esa voz era tan pequeña que ni se molestó en considerarla, lo único que sabía era que en los brazos de Joan se estaba muy cómodo y a gusto, además de sentirse sumamente querido.

-Gracias Joan, de verdad si yo soy esa persona, por mi parte eres la primera que me llama así la atención.- Confesó mientras le correspondía el abrazo con fuerza, pero sin querer lastimarla.

-Muchas gracias, de verdad.- Le dijo en su oído suavemente. entrelazando sus dedos en su cabello.

Me sentí al fin acompañada, al fin con alguien que si busca al más profundo que placer o sexo. Un amigo que al fin vale la pena.

-Disculpa Lelouch, pero vivo con mis padres, lamentablemente, así que creo que me tendre que ir para alla...- Dije con un tono sadicamente triste. El solo hecho de recordar que metenia que alejar de el por irme a casa, me dolia, y mucho, y más aun por el hecho de recordar que vivo con mis padres, y con el tipo de padres que tengo, a veces me dan ganas de hacer un giro en mi banco, y largarme lejos de casa... Pero se que no puedo si no tengo con quien irme...

-Me puedes acompañar, porvafor?- Le pregunté algo feliz al intentar tenerlo a mi lado por más tiempo. Vi un reloj que estaba en el parque. Eran las 10:30 y aun podia llegar a mi casa. Lo miré con un rostro que tenia una mescla rara de tristeza, alegria, y ese ingrediente que no habia nunca sentido en mis 27 años de vida... Me estoy confundiendo.

-Si quieres te llevo a conoser la casa... Si es que se puede - Le dije algo alegre.

La propuesta de la chica le tomó por sorpresa, aun no se conocían del todo bien y le invitaba a su casa, al parecer ya le tenía algo de confianza, aquello le hizo irremediablemente feliz.

-Yo con mucho gusto te acompaño, no podría dejarte ir sola a casa.- Le dijo sonriendo, soltándola para desordenarse un poco el cabello, ¿qué era aquello? ¿nerviosismo? wa da...

-Ok, vamos?.-Preguntó ofreciéndole su mano para comenzar a caminar o a buscar algún transporte.-Tu casa está muy lejos?.-

La verdad es que ya estaba algo confundido, pero sería el último en aceptarlo.

Era demasiado gratificante poder ir a mi casa con el. Sin lugar a dudas el podria ser mi amigo. Sin lugar a dudas. Me aguantó en mi peor estado, estuvó al lado mio a pesar de haberle tratado mal, me abrazo una infinidad de veces. Tenia pinta de ser frio, pero no lo fué, no conmigo, no en mi, ni se impuso... Nose que hacer.

-Vivo lejos, pero...- le dije algo sonrojada, un poco menos de lo que estaba. El estaba de pie, y acá, vendria una de mis reacciones más impulsivas... Lo abrazé, y con mucha, mucha, mucha fuerza. Puse mi rostro en su cuello, y suspiré. Sentí como una lagrima, una sola, recorria mi ojo izquierdo, y caía en su cuello. Nunca, nunca, y nunca de los nunca, pense ver o vivir una amistad de una mujer de 27 años con un joven de 18, siendo que este actua, piensa y es más maduro de lo que yo podré ser jamás.

~Te amo~ Movia los labios, sin sonido posible para poder decir, ni fuerzas para poder soltarle estas palabras, pero mis labios, fueron muy automaticos.

Aquello había sido muy inesperado.

Así y todo la abrazó con delicadeza, acariciando su cabello suavemente, mientras sentía como su respiración y algo húmedo rozaba su cuello, ante esto se estremeció muy suitilmente. Ella estaba llorando, y él no podía hacer gran cosa. Se sentía mal al saber que todo lo que podía hacer por ella se reducía a ese abrazo.

La apretó un poco contra él, susurrándole.

-Oye, si te sirve de algo y no te molesta, estoy muy feliz...porque encontré por primera vez a una chica que atrajo mi atención, y creo que ahora no podré soltarla...-

Pegó un momento sus labios a su mejilla.

-Por favor, déjame estar a tu lado.-

Me sentí demasiado valorada, al punto de sentirme hasta feliz, no obstante, no quise mostrarlo. Mi rostro mantuvo su cara de pena, la cual era sincera, no quería irme de su lado. A pesar de todo, tenía que. Me separé de su ser, mas no miré sus ojos, sus bellizimos ojos, sus profundos y misteriosos ojos, evitando ver y saborear con la mirada sus labios, finos y hasta dulces... Estoy perdida. Mientras me separaba de el, una leve lagrima corrío por mis ojos, una plateada y brillante lagrima. Luego, un suspiro paso por mi boca, el cual se que se sintió en su oido, a travez de su timpano, y creo que su cerebro sabrá traducirlo.

-Lelouch... Has sido lo mejor en mis 27 años de vida... Gracias- Le dije con un tono triste y completamente sadico. No quería irme, no y no y no y no y no y no y no. No quería. Lo abracé una vez más, pero cerca de su comisura labial, le di un beso, corto y suave, creo que hasta ni se sintió. Me separé y le tome la mejilla levemente.

-Merci pour votre fille l'amour et l'attention- Dije, mientras mi tomada de mejilla pasaba a una caricia. Le solté la cara y luego di un paso hacia atras.