Por el parque...(Privado)

por David Gahan Jue Nov 24, 2011 10:05 am

Estaba el chico por allí caminando tranquilamente, pensando en qué podría hacer hoy; no podía estar todo el día frente a una computadora por la adicción al juego, debía hacer algo más productivo. Suspiró tranquilamente; era un lugar con muchas plantas y árboles que él no había visto jamás. (Ni siquiera su personaje vampirezco).

Sonrió un poco, sentándose en una banca con ambas manos en los bolsillos, mirando para todos lados; había muy poca gente, casi podría decirse que nada, pero había la suficiente como para estar seguro. Encendió un cigarrillo, poniéndoselo entonces sobre los labios para fumar, y sacar el humo por la misma boca. Si no había mucha gente entonces, esto podía hacerse.

Con los lentes oscuros que traía, parecía quedarse viendo un punto en específico, pero la verdad sólo estaba observando la nada, como quien dice. Estaba de vacaciones, cero información de algún nuevo álbum con la banda, cero giras, etc, estaba allí descansando de esas cosas. Se acomodó entonces en el asiento como acostándose, sosteniendo ahora el cigarrillo con una mano.

Sólo quedaba disfrutar del ambiente...

por Ourebia Jue Nov 24, 2011 7:24 pm

Era sábado y hacía un día bastante precioso como para ser desaprovechado. Los pájaros alzaban su voz para mostrar a las gentes de la ciudad una suave melodía rítmica en unísono al trinar del resto de aves cantoras que se encontraban en distintos lugares: unos en los tejados de las casas o iglesias, otros tras los barrotes de una libertad olvidada, otros entre los árboles escondidos y otros sobrevolando las cabezas de los mortales. Aquel día toda la gente -o al menos la mayoría- se había levantado con buen humor, y en el hogar donde vivía Hikari no era menos. Se había despertado y con el pijama aun puesto bajó las escaleras para desayunar, no sin antes despertar a Vegard de su estado de sueño. Antes de comer habían jugado un poco juntos en The World y después de eso ella decidió salir en busca de un paseo relajante.
Preparó sus cosas en un bolso donde metió un estuche con lápices y pinturas de color y un block de tamaño medio -considerable- con papel de dibujo dentro, atando el cierre con un bonito lazo de color rojo, haciendo juego con la carpeta forrada en tela de color anaranjado y tonos verdes oliva.
Tras coger todo dio un beso a su hermano pequeño y a su madre, pues su padre hoy trabajaba. Después de despedirse se puso las botas montañesas y salió a la calle con un jersey largo de botones por si hacía frío abrochárselo sin problema alguno.

Estuvo caminando un rato, sonriente, feliz de aspirar aire fresco y de sentir el sol sobre su tez clara, picándola un poco por los rayos del mismo. Finalmente atisbó un lugar donde descansar y tomar un zumo de piña y uva que había traído: el parque. Con felicidad echó a correr y esperó en la acera de en frente hasta que el semáforo se pusiera en verde, después volvió a echar a correr hasta llegar a la entrada del parque, vallada pero abierta. Entró de la misma forma, aunque ahora aligeró el paso pero prosiguió andando y no correteando. Para su asombro no había casi nadie en dicho lugar, ¿por qué no? se preguntó a si misma, si hacía tan buen día.

Sin mucho más que la interesara, se fijó en una fuente y al lado un banco vacío donde sentarse a la sombra -además- de un árbol. Se dirigió a dicho lugar, se sentó con cuidado de no levantar la falda a tablas que llevaba de color azul marino, que aunque llevaba medias negras no gustaba de que se le levantara porque si. Dejó su bolso a su lado y antes de sacar nada aspiró de nuevo oxígeno, llenando sus pulmones y después soltándolo. Miró a su alrededor y observó una persona no muy lejos de ella, haciendo casi lo que ella y pensando seguramente en sus cosas.
Sin esperar mucho más, sacó su block y un lápiz de mina media (ni blanda ni dura) y se propuso a dibujar lo que había ante sus ojos: árboles, arbustos, un camino de arena... otro de piedra, la fuente y el banco aquel, con el hombre sentado. La verdad es que dibujaba muy bien.

por David Gahan Vie Nov 25, 2011 11:54 am

Estaba tan entretenido pensando en sus cosas, que no se dió cuenta cuando la chica se sentó en otro banco que había por allí. Suspiró tranquilamente disfrutando del ambiente que estaba tan relajante; era cierto, un sábado tranquilo donde podías pasar la tarde, la mañana y la noche si quisieras. No se veía un pueblo peligroso hasta ahora, se veía tranquilo, aunque Dave cómo sabía que algún fanático de Depeche Mode iba a ir a pedirle algo...no, no podía ser.
Desde la entrada al pueblo, nadie lo había reconocido; o al menos eso pensaba, él no sabía nada sobre eso. Sonrió, aún estando acostado.

Pero luego de eso, pensó que sería quizás algo incómodo que estuviera alguien allí acostado, tachándolo de perezoso o algo. Se sentó entonces como antes, fumando el cigarrillo que traía, mirando ahora a la persona que estaba en el otro banco, muy entretenida dibujando y mirando con atención los árboles, plantas, pájaros, todo el paisaje bonito que había allí. Dave sonrió de nuevo, se levantó caminando hacia la chica aún con el cigarrillo en la boca, lo sostuvo con una mano, mirando el boceto de la chica.

- Dibujas muy bien. ¿Sábes?

Comentó Dave muy sonriente ante eso. Con ese arte al principio del boceto, debía ser mejor que el artista visual que tenían, hasta podía decirle a ella que podría colaborar con la banda para en una gira tener en los proyectores sus distintas pinturas y....espera, se estaba apurando con eso. Removió su cabeza ante ese pensamiento, sonriendo solamente mientras le observaba, con el cigarrillo en mano aún.

por Ourebia Vie Nov 25, 2011 6:17 pm

Hikari estaba absorta en el dibujo... unos retoques por allí, otros por allá... y el dibujo iba tomando una forma bonita y clásica, típica de un paisaje a acuarela pero a lápiz, al menos por el momento. Los detalles vendrían después, cuando pusiera alguna ardilla comiendo una nuez que se encuentre por el suelo o un par de palomas comiendo de alguna anciana solitaria que echa el pan a las aves por sentirse un poco acompañada... una soledad que la tercera edad resentía continuamente.

Estaba dibujando aquel banco, cuando alzó la vista y el hombre de en frente suyo se había movido de lugar, quedando casi encima suyo quien observaba su arte con el lápiz. Las palabras de él sonaron ciertamente amables y sinceras, algo que la adolescente agradecía ya que se trataba de un desconocido que ni si quiera pudiera haber optado por el acercarse hasta ella y comenzar una conversación.
Hikari le devolvió una mirada amigable y sonrió con aquellos finos labios rosados, mostrando unos dientes casi perfectos blancos. Una sonrisa bonita para una niña de apariencia frágil. Era su modo de agradecer las palabras del otro.

Entonces agachó la cabeza, de nuevo, y prosiguió con el dibujo. Los rayos del sol abrazaban cada cosa que se ponía en frente suyo, por lo que con la copa del árbol sobre su cabeza hacían con la luz de la estrella un juego de luces y sombras que se posaban sobre el papel de dibujo que sostenía sobre sus piernas. Lo malo de toda aquella tranquilidad fue cuando fue a hacer el agua salir de la fuente con la punta de su lápiz y justo en esos momentos la bocina de un coche muy cercano a la zona donde ellos se encontraban hizo su sonido, descolocando a Hikari y obligándola a hacer un rayajo en mitad del dibujo. Aquellos ojos grises de brillo mágico se abrieron de par en par, un suspiro salió de su garganta, rasgado y entristecido... su dibujo parecía haberse echado a perder. Con tranquilidad abrió su bolso negro y sacó su estuche, sacando de éste a su vez una goma de borrar con la que hacía desaparecer minuciosamente el rayajo que por desgracia -levemente- quedaba aún sobre el hermoso dibujo.

En su interior, Hikari, maldecía al de la bocina que la había alarmado y fastidiado.

por David Gahan Vie Nov 25, 2011 7:49 pm

Ella le regresó una sonrisa a él, tranquilamente como él estaba. Seguía mirando con atención el dibujo, agachándose para observar de más de cerca el dibujo; no quería incomodar a la chica sentándose a su lado, además de que no quería interrumpirla tampoco porque en realidad, ella estaba muy entretenida y no quería molestar.

Fumó un poco del cigarro, cuando vió que un carro venía; desvió la mirada sin prestarle atención hasta que el carro rechinó un poco e hizo que la chica se desconcentrara e hiciera un rayón en su dibujo.
Dave se levantó molesto.

- ¡Idiota!

Lo insultó desde donde estaba, pero el del carro prosiguió su camino por la carretera sin escucharlo. Suspiró pesadamente, realmente él también odiaba que las personas hicieran ese chillido con el carro y más que a veces él estaba muy alterado y le molestaba.
Miró a la chica como un poco preocupado por eso y enfadado por lo del tipo; pero aún así sonrió y se agachó de nuevo viéndole borrar.

- ¿Sábes? Creo que aún así, no importa que tu dibujo se arruine o algo, yo pienso que mientras tú estés feliz de haberlo hecho en el momento te hace feliz. Bueno...yo casi no sé de arte, pero es lo que pienso.

Él definitivamente, lo único que sabía de artes, era la música. Era cantante y bailaba bien, pero nada más. Su artista visual era lo que era y él casi no aportaba nada en cuanto a imágenes. Sonrió tranquilo, rascándose la cabeza y volviendo a ponerse el cigarrillo en la boca para fumarlo, mirando con atención el dibujo.

por Ourebia Vie Nov 25, 2011 8:18 pm

Hikari escuchó el arrancar del coche tras el insulto que ejerció sobre el conductor aquel hombre del cigarrillo en la mano. En verdad se quedó mirando el tabaco pero no sentía molestia al respecto, estaba acostumbrada a que muchas chicas de su colegio fumasen cuando ella pasaba por su lado, aspirando ese olor que ni la desagradaba ni le era placentero respirarlo; quizás ya por la costumbre de ello. Por el contrario, ni su madre biológica ni sus padres adoptivos fumaban, a veces había visto a su padre fumando un puro por Navidad, pero jamás de los jamases volvía a tocar nada parecido en todo el año. Quizás por ser un día festivo... se daba tal capricho.

Apenas se fijó cuando observó el acercamiento del hombre hacia ella para mirar más de cerca el dibujo. Olía al tabaco pero tenía una voz bastante bonita... la recordaba a algo pero tampoco sabía a el qué. De todos modos cesó en su intento por borrar lo que quedaba de raya en el dibujo y así evitar romper el papel por desgaste; y así sacar una pequeña libreta de uno de los bolsillos externos del bolso con el que iba con un bolígrafo azul bic. Comenzó a escribir algo con una letra de pequeño tamaño y redondeado estilo, y tras unos breves segundos... terminó y se lo mostró a él con una tímida sonrisa en los labios.
Decía así: Creo que si lo pinto con mis lápices de color se podrá arreglar el estropicio del rayajo de antes. Aun así gracias por tus halagos, favorecen mis ánimos y por tanto mi forma de dibujar.
Quizás ahora él comenzaría a preguntarse el por qué aquella chica no había hablado antes, el por qué escribía sus comentarios en un cuaderno pequeño de cuadros, el por qué no hablaba sin más... Seguramente, cualquier, pensaría al principio por pura vergüenza o timidez, pero cuando muchas cosas así de similares se unían formaban una única similitud en mente: ¿Podría ser que fuese muda? Así le fue pasando con compañeros de clase, compañeros de dibujo en el colegio, vecinos o gente que se le acercaba a preguntar la hora. Todos pensaban también que era una niña sin educación y muchos le negaban la palabra para irse refunfuñando sobre ella, a lo que ella entristecía por consecuencia. Pero cuando alguien de verdad daba interés por conocerla... ocurría que sentían pena por ella, a veces lástima... cosa que desagrada a Hikari, pues para ella el no poder hablar desde nunca no había sido impedimento alguno para expresarse, para sentir, oler... tocar las cosas, escuchar y ver.

Miró al hombre en espera de una respuesta, a ver si pasaba como muchos que se alejaban de ella o por si por el contrario decidían -aun con "impedimentos"- mantener una conversación con la chica.

por David Gahan Vie Nov 25, 2011 8:52 pm

Continuaba sonriéndole a la chica, observando con curiosidad lo que escribía en el papel; al principio, el chico pensó que era una nota así para el dibujo o algo que había olvidado, pero cuando se lo entregó a él, aún más curioso, lo tomó, leyéndolo.

Se quedó pensando por unos momentos, mirando a la chica algunas veces, haciéndose preguntas en la cabeza; no quería incomodar con nada. No le iba a preguntar nada porque a veces, recordar cosas del pasado no era bonito, hasta a él le había pasado. Sonrió de nuevo tranquilamente, comprendiendo el mensaje.

¿Pintarlo? Vaya, si quedó bonito con lápiz, quedaría mucho mejor con colores, encima que era verdad que desaparecería un poco lo que el del carro había ocasionado. Fumó de su cigarro, sosteniéndolo con una mano y la otra el respectivo papel que lo seguía leyendo unas cuantas ocasiones.

- Estoy de acuerdo. Ahora estaré muy alerta para cuando alguien venga a interrumpirte.

Sonrió aún más, guardando el papel que ella le había dado en uno de sus bolsillos. No sabía la razón por la que ella no comentaba nada, pero tenía en teoría muchas cosas en la cabeza; no podía hablar, tenía miedo o simplemente no quería hablarle: pero le mandó un papel. ¿Entonces qué quería decir? Se acomodó el cabello largo que tenía, aún observando el arte de aquélla chica que le llamaba la atención.

por Ourebia Sáb Nov 26, 2011 6:37 am

Tras darle unos cuantos retoques más a lápiz metió éste mismo en su estuche de lapiceros y bolígrafos y sacó otro estuche -algo más grande que el anterior- donde venían muchas pinturas de lápices de color. Primero sacó el marrón para darle una capa base a la tierra, luego el verde para las plantas, el gris para el camino y la fuente, y el azul para parte del cielo que se veía. Ahora el dibujo se mostraba como el principio de un bello paisaje al que aun le quedaba mucho por terminar. Tomó ahora, con su mano derecha, el negro... Estaba pintando a aquel hombre sentado en aquel banco donde antes se encontraba. Se veía pequeño en el dibujo, lejano, pero todo lo creaba con sumo detalle y quedaba impreso con gran sentimiento en el papel. Al principio solo parecía una sombra, pero más adelante tornaría de otra forma, dándole un aspecto más humano.
Después siguió con el gris y el banco, sacando partido de las sombras del suelo y de los recovecos de ésta, pintándola gris como después irían las láminas de las que estaba formada. Para no cambiar de color se dirigió a dar color a la fuente, también poniéndola sus respectivas sobras y dejando el toque final del brillo para el final. El agua, azulada, salía suave y con vida de la fuente de su dibujo.
Ahora le tocaba al tronco de los árboles, áspera y caliente al tacto por el sol, rugosa y sinuosa, marrón, pardo y castaño de color. Sus ramas se difuminaban con el verde de sus hojas, quienes formaban uno solo con la copa de los árboles.

Todo esto lo hacía medianamente rápido, era un dibujo que apenas requería de mucha atención si ya de antes habías observado con detalle el lugar. Además, requería de más esfuerzo el dibujo en sí, teniendo cuidado de que no se le escapara nada... que a la hora de darle vida y color, en la que su mano se sentía realizada y se movía con soltura y suma suavidad, con cuidado de que nada saliera mal, pero sabiendo lo que se hacía con movimientos regulares, de arriba a abajo o de izquierda a derecha... sin cansarse siquiera.

Ya casi había terminado cuando cogió el color verde, el azul del cielo y el amarillo del sol y le daba los últimos retoques al agua que reflejaba todos aquellos colores en general. Terminando de dar algunas sombras faltantes y los brillos correspondientes en el agua que antes había dejado en blanco. Cuando terminó firmó el dibujo -abajo a la derecha- con su apodo ' Hikki ' y el año en el que estaban.
Guardó sus estuches en los bolsillos de la mochila y con un pañuelo que acababa de sacar -de tela- se limpiaba las manos que se mostraban algo enguarrinadas por el material usado. Guardó la lámina donde se hallaba el dibujo en una funda de plástico transparente que siempre portaba junto con el block, por si acaso llovía o cualquer impedimento. Aunque esta vez era para regalárselo a modo de agradecimiento a aquel hombre que aun se hallaba -fumando- a su lado.
Sonreía feliz mientras guardaba todas sus cosas en el bolso a excepción del cuaderno de notas y el boli que iba con éste para poder conversar con él. Se puso en pies, observando que si le sacaba un par de cabezas a ella... y se puso el bolso de dibujo al hombro. Le ofreció con su mano derecha el dibujo con una sonrisa amigable y después de que lo cogiera le hizo otra nota que decía así: El rayajo no se ve y como fuiste muy paciente te lo regalo.

Al poco rato, en el parque, aquella señora del fondo que alimentaba a las palomas con gracia se fue acercando hasta donde estaban ellos dos. La señora miró con curiosidad al hombre, como si intentara sacar de él un psicópata o un violador para encarcelarlo sin pruebas de más. Entonces vio que Hikari se encontraba bien. ¿Cómo están tus padres? Le preguntó a la niña, la cual respondió con un símbolo que todo el mundo entendía, y éste era con el puño cerrado y el dedo gordo hacia arriba acompañado de una sonrisa. La señora sonrió a su vez al verla tan feliz como siempre. Luego pasaré a ver a tu madre, para dejarla unas cosas. Y tras sus palabras desapareció al poco rato, saliendo del parque y dirigiéndose a la calle. Era su vecina de al lado, la Sra. Alférez, de cuyo apellido siempre le hizo gracia a Hikari y a Vegard.

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